METÁN/IBA EN UN ÓMNIBUS DE FLECHA BUS RUMBO A BUENOS AIRES Y SE DESCOMPUSO
El hombre llevaba en su estómago 64 cápsulas plásticas rellenas con cocaína de máxima pureza, que explotaron.
Domingo 22 de Agosto de 2010 Policiales
Un ciudadano sudafricano que viajaba rumbo a Buenos Aires en un ómnibus de la empresa Flecha Bus, proveniente de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), sufrió una espantosa muerte en el anochecer del sábado pasado, cuando le explotaron en su estómago 64 cápsulas plásticas rellenas con cocaína de máxima pureza. La destrucción de los envoltorios ovoidales por efecto de los jugos gástricos, le produjo un estado de excitación total por sobredosis, que luego derivó en un cuadro de incontenibles convulsiones y terminó con arrebatarle la vida, víctima de un paro cardiorrespiratorio.
El “camello” fue identificado por la Policía como Vigne Aspey, de 36 años, oriundo de Ciudad del Cabo, quien, curiosamente poseía dos pasaportes: uno librado por el Gobierno de su patria natal y otro despachado por la Cancillería del Reino de España como ciudadano extranjero con residencia legal en la península.
En sus bolsillos portaba 59 pesos argentinos y 30 rands, la moneda de su país, monto equivalente a 49 dólares norteamericanos.
Todo indica que Aspey se sintió mal al llegar a Metán, a eso de las 19.30 del sábado y decidió bajarse. Sin embargo, ya en la estación terminal local se descompensó totalmente, comenzó a gritar producto de la sobredosis de cocaína y luego cayó al piso con convulsiones. Una ambulancia del hospital El Carmen lo trasladó hasta el establecimiento, donde la médica Ana Guerrero, presuponiendo lo que ocurría, ordenó que se le realizaran placas de rayos X en el estómago, descubriéndose así que se trataba de un “camello”. Rápidamente lo derivaron al hospital San Bernardo bajo supervisión de la enfermera Blanca Rojas y el oficial de la División Drogas Peligrosas, Gustavo González. No alcanzaron a recorrer 30 kilómetros, cuando el paciente hizo un paro cardíaco de modo que lo llevaron directo al hospital Joaquín Castellanos de Güemes, donde ingresó sin vida.
El cadáver fue trasladado ayer a Salta y la médica forense Ana Acosta le practicó una autopsia, determinando que dejó de existir por una sucesión de causas: paro cardiorrespiratorio, hemorragia pulmonar y hemorragia digestiva alta, todo producto de la desintegración en su estómago de los ovoides con estupefacientes.
En los bolsillos del sudafricano se encontró también un boleto de ómnibus anterior, de la misma empresa Flecha Bus por el tramo Santa Cruz de la Sierra (Bolivia)- Estación Retiro, de Buenos Aires.
Su destino era la Capital Federal
De acuerdo a las primeras investigaciones de la División Drogas Peligrosas de la Policía, el destino del sudafricano fallecido era la Capital Federal, donde se disponía a negociar el estupefaciente que cargaba en su estómago.
En uno de sus bolsillos se le halló un pasaje viejo del tramo Santa Cruz de la Sierra-Buenos Aires, por lo que se estima que este no era el primer contrabando del “narcocamello”.
Al realizársele la autopsia ayer le extrajeron de su estómago 64 cápsulas contiendo 10 gramos de clorhidrato de cocaína de alta pureza cada una, por lo que el sujeto portaba 640 gramos. En Bolivia, dicha carga se adquiere aproximadamente en $3.200, precio que se duplica al momento de ingresar a territorio argentino, pero que es cinco veces mayor en Buenos Aires, donde la droga es “estirada”, lográndose por un transporte como el que le costó la vida al sudafricano no menos de $32.000 en su etapa de comercialización final.